He nacido en Euskadi y mis padres son de Salamanca, quizás por eso, por haber crecido siendo un belarrimotxa o maqueto en Euskadi, (así se denominan a los hijos nacidos de emigrantes) y un vasco en mis estadías estivales en el pueblo de mis padres en Salamanca, he carecido de un sentimiento tan importante como puede ser el del arraigo a la tierra.
Siempre me ha atraído profundamente ese sentimiento y la consiguiente vinculación con una parte de la Tierra en concreto y por ello decidí hacer una película sobre el caserío y sus habitantes.
Siempre me ha atraído profundamente ese sentimiento y la consiguiente vinculación con una parte de la Tierra en concreto y por ello decidí hacer una película sobre el caserío y sus habitantes.
... txorixak galduta egozenian (... cuando los pájaros estaban perdidos) nació como un proyecto de cortometraje de ficción y terminó siendo un largometraje documental, cómo cambian las cosas. Mientras estaba buscando un caserío que no hubiera tenido remodelación alguna en los últimos cien años, esta particularidad era necesaria porque quería ambientar la historia a principios del siglo XIX, conocí a Angel y Maria José en un barrio del pueblo de Zumárraga, en Gipuzkoa. Me mostraron un caserío que utilizaban únicamente para que el ganado tuviera un poco de cobijo, el nombre del caserío creo recordar que era Alzola.
Después de aquella visita, y tras regresar a casa le dije a Vane que había sentido algo especial al conocer a aquella familia, después me di cuenta que sin ellos la película no hubiera existido como tal.
Seguí recabando información en el propio terreno y a través de diferentes publicaciones, leí libros, consulté internet, bibliotecas físicas y virtuales, incluso "interpreté" mapas cartográficos para la localizacion de monumentos prehistóricos, un dolmen en particular, que al final no saldría en las imagenes del montaje definitivo. Cuando estaba en la fase de investigación cayó en mis manos un libro de un seminarista vascofrancés llamado Pierre Landhe. Eran como una especie de memorias que relataban, entre otras etapas de su vida, su infancia. Cuando comencé a leer aquellas palabras, me di cuenta de que si quería ser minimamente fiel al sentimiento que aquella persona me estaba transmitiendo tenía que hacer una película de fuerte carácter documental ya que por mucho que me esforzara en inventarme algo minimamente parecido, jamás llegaría a tener ni la mitad de la profundidad que el texto "original"; lo único que podía darme esa fuerza latente era la propia fuente y para ello me tenía que valer de un material "real".
Una de las frases que había entre esos párrafos que reflejaban su infancia en el caserío es la que da el título a la película "... txorixak galduta egozenian"; una frase que hace referencia al momento más propicio para que los cazadores obtengan su presa.
Me llevó más de tres años la realización de la película, desde su concepción inicial hasta el montaje final. Estuve grabando de manera itermitente durante más de un año, pero estuve de manera ininterrumpida durante la estación de otoño. Elegí esa estación por varias razones, la primera era que si quería reflejar un caserío en peligro debía de elegir una estación donde la actividad estuviese pero fuese decayendo, también era importante la connotación psicológica del otoño y su manifiesta naturaleza de evidencia de final de un ciclo natural.
Una de las cosas más importantes era comprobar y sentir que en realidad la película no existía, nunca había existido, sino que se iba creando a medida que íbamos viviendo; prueba de ello es que la columna vertebral de la película que es el seguimiento del tronco del haya centenaria no estaba previsto, sino que surgió de forma inesperada. Cuando Angel me llamó para decirme que la iban a cortar no dudé en desplazarme para grabarlo ya que sentí que aquello podía ser importante. En aquel momento me encontraba alejado unos cientos de kilómetros, grabando la caza de palomas con redes en Etxalar.
Durante el tiempo que estuve grabando la mayoría de los días comía con la familia, les ayudaba en sus labores cotidianas y hubo un par de semanas, durante la época en que paren las ovejas, que me quedé todos los días a pasar la noche con ellos, a ayudarles en la medida de lo posible a velar por la salud de los pequeños retonos, los corderos.
Si bien había muchos días que no grababa una sola imagen, era evidente que el valor cinematográfico en cuanto a cantidad se resentía, pero sin embargo ganaba en valor humano, de confianza y eso se refleja finalmente en la película. Creía que era mucho más valioso estar al lado de ellos, acompañándolos.
Mi percepción del mundo del caserío cambió sustancialmente, porque aunque he nacido en un pequeño pueblo y los caseríos están cerca en la distancia están muy alejados en el tiempo, aunque mejor debería decir en el ritmo, en ese ritmo natural y pausado del cual nos hemos ido alejando.
Mi intención es hacer una trilogía documental cuyo elemento motivador sea el mismo, el del sentimiento del arraigo a la Tierra. La primera película, "... txorixak galduta egozenian" (... cuando los pájaros estaban perdidos), ha sido realizada en Euskadi, donde nací y crecí. La segunda será realizada en Chile, de donde es mi mujer, la persona que más ha marcado mi vida en los últimos años y la tercera la realizaré en Salamanca, en el pequeño pueblo donde nacieron mis padres y el cual yo visitaba durante los veranos de mi infancia y juventud.